LA ARTICULACIÓN TEMPORO-MANDIBULAR (ATM) – 1ª parte

La ATM de forma fácil

Podemos considerar a la ATM como
parte de todo un
sistema. A continuación
describiremos algunos de los
principales componentes.
Mediante esta articulación el hueso de la mandíbula (maxilar inferior) se une a dos huesos del cráneo, los temporales, donde se ubica el oído.
El maxilar inferior se articula a ambos lados con
ambos huesos temporales. Cuando movemos la man­díbula movemos ambas mandíbulas,
cada una afecta y acomoda a la otra. Cuando apretamos los dientes, al masticar
o por cualquier otra razón, esa fuerza y
presión o movimiento, repercute en ambas articulaciones.
La articulación entre el maxilar y el temporal es
del tipo diartrosis sinovial. Está formada por un cóndilo
(eminencia redondeada) en el maxilar y una fosa, concavidad, en el temporal y otro cóndilo por
delante de la 
misma. Entre ambos huesos se encuentra un menisco, una almohadilla fibrosa o disco interarticular.


Toda ella está rodeada de una cápsula articular
fibrosa,
 algunas de sus partes
son más gruesas, convirtiéndose
en ligamentos. De esta forma limita los desplazamien­tos indebidos. En el
interior de la cápsula se encuentra
el líquido sinovial, que facilita los movimientos, per­mite la regeneración
del interior de la cápsula y man
­tiene una cierta presión protegiendo la articulación.

Menisco:
Es un disco de forma oval situado entre los dos
huesos
de la articulación, que evita que se desgasten. En
la
parte posterior es más grueso, evitando así que se
des
place demasiado hacia delante y
ayudando a que vaya
hacia
atrás cuando la articulación está comprimida, al

masticar o apretar la mandíbula. Está vascularizado,
tiene
receptores sensoriales, nervios y propioceptores.  

Ligamentos:
Los huesos de la articulación y el menisco están unidos y estabilizados por tejido conectivo. El menisco está  conectado con el músculo pterigoideo externo en
la parte frontal, dirigiéndolo hacia atrás cuando el mús­
culo se relaja. Los ligamentos colaterales conectan el menisco a la mandíbula, así pues cuando la boca se abre y se cierra, el menisco se mueve hacia delante y hacia atrás, permitiendo
a la mandíbula que se deslice
sobre la superficie temporal.
MÚSCULOS:
Los
principales músculos de la masticación son tem­poral, masetero, pterigoideo
interno y externo. Junto
con éstos, también trabajaremos
otros músculos en el
cuello, esternocleidomastoideo,
digástrico y trapecio mayor, principalmente.
Temporal
Se origina por encima del oído, a todo lo ancho de la
denominada «escama del temporal» y también en la fascia de esta zona,
es decir en el tejido que recubre
el cráneo. Pasa por
encima de la articulación, ATM y
se inserta en el
maxilar inferior, mandíbula, por de­
lante de la misma. Es
fácil de palpar si colocamos las
manos por encima y
delante de la oreja, al apretar la mandíbula lo podremos sentir.
Su
acción es cerrar la mandíbula y también puede llevarla hacia atrás.

Masetero
Se origina en el arco
cigomático, el hueso que encuen
tra por debajo de la sien, entre
el ojo y el oído. Des­
ciende insertándose en el ángulo
de la mandíbula y en
el borde
adyacente. Su función es cerrar la mandíbula.
Se
palpa perfectamente a través de la piel colocando las manos en la zona y
apretando los dientes. Es de
destacar que es uno de los
músculos, si no el que más,
capaz de desarrollar más fuerza
de todo el cuerpo.
Pterigoideo medial o interno
Se encuentra en el
interior de la boca. Desde el área de
atrás de los molares superiores hasta la cara interna del ángulo de la mandíbula. Su acción es cerrar la mandí­bula, llevarla
hacia adelante y en conjunción entre el derecho y el izquierdo colaboran en la
masticación al llevar la mandíbula hacia el lado.
Podríamos decir que este músculo y el masetero for­man en conjunto una hamaca cuyo extremo inferior se engancha en el ángulo de la mandíbula.
Pterigoideo lateral o externo
Se encuentra en el interior de la boca, iniciándose
por detrás de los molares superiores, pero externo al
pterigoideo interno. Se dirige hacia la ATM, insertándose,
mediante diferentes fibras, en el cóndilo de la mandíbula, el disco articular y
la cápsula. 
Su acción, además de la apertura, es la
protusión, desplazamiento hacia adelante y como el interno,
colabora en el movimiento rotatorio necesario para la masticación.

NERVIO TRIGÉMINO 

El nervio trigémino es la principal estructura
nerviosa
a tener presente, dado que es el principal nervio que afecta a los
músculos, a los ligamentos y a la articulación en sí misma. El trigémino es el
par craneal, posee tres divisiones, de ahí su
nombre, y numerosas interconexiones con otros tractos del sistema nervioso
central.

Este par craneal es el de
mayor tamaño. Discurre desde
de su gran
núcleo en el tronco del encéfalo, desciende
hasta la altura de la segunda vértebra cervical, donde se dispersa. Recibe entradas de información
sensorial
y propioceptiva de la ATM, el masetero, el temporal
y los pterigoideos. Aporta inervación motora a los
músculos
de masticación. Su división mandibular está

íntimamente relacionada con el músculo pterigoideo
externo
que está directamente unido al menisco de la
ATM. El
núcleo del Trigémino tiene numerosas in­terconexiones con otros tractos del
sistema nervioso
central, y con el Sistema Activador Reticular,
con los
mecanismos de alerta y vigilia.   



Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *